lunes, 21 de abril de 2008

Tiempo al tiempo...





El tiempo, tiempo que se consume de la misma manera que un cigarro se queda prendiendo en un cenicero, se consume porque lo olvidamos, porque olvidas que mientras haces una cosa, otras tantas se quedan por hacer.

Entonces, sin darte cuenta, abres el paquete, coges otro y lo enciendes, pero en el cenicero, esta la ceniza, esa ceniza que ha contado los minutos que han pasado desde que le diste una última calada.

Existen muchos medios para contar el tiempo, para mi gusto demasiados, pero en esta sociedad, es de obligado cumplimiento estar atento de la hora, somos especialistas en contabilizar el tiempo y el gasto que nos supone. Un error, que a menudo, nos hace pensar que lo perdemos.

¿Qué nos lleva a pensar que lo perdemos?, es sencillo, nos basta ver, que la actividad que acabamos de hacer, nos ha robado un tiempo que podríamos emplear en otros menesteres, un error típico, muy frecuente, pero que nos atrapa, seduce y nubla igual que la lluvia salpica tus gafas, y no te permite ver con claridad. Este error, hace que no disfrutemos lo que hacemos en el momento, nos lleva a pensar que deberíamos estar en otro lugar, pero no es así, la felicidad es disfrutar lo que haces en el momento no creer que sería mejor estar haciendo otra cosa, porque acabas por amargarte y no vivir ninguna realidad, simplemente vives cosas irreales, que nunca han ocurrido, ni sabes si hubieran ocurrido.

El tiempo nunca se pierde, quedarse en la cama, no es perder el tiempo, porque en ese momento, lo que te ilusiona es la cama y descansar, siempre hay que tener ganas e ilusión de lo que se hace, y sobretodo nunca arrepentirse de lo que has hecho, porque siempre, y repito siempre, se aprende algo que te hace crecer y ser mejor persona.

No hay comentarios: